Diario de una golfa

Día a día de una adicta al sexo, o lo que es lo mismo, los devenires cotidianos de quien sacia su hambre con el miembro de un macho que la sepa marcar o seguir su ritmo.

lunes, septiembre 10, 2007

de paseo...

por fin un fin de semana que libramos los dos... llevábamos meses preparandolo...

un itinerario turístico recorriendo la provincia para escapar del hastio de lo cotidiano... habíamos quedado de acuerdo que no habría sexo... sería como ir de viaje con un amigo... nada de besos ni caricias... sólo la visita a cada rincón verde que encontrasemos con el fin de capturar imágenes para el recuerdo.

Y así fue... sólo que la tensión sexual iba en aumento... cada segundo en el coche era un suplicio... tenerle tan cerca y no poder tocarlo... horas mirándonos, hablando de cualquier cosa para alejar de nosotros esos pensamientos... todo inútil... por algo dicen que el mayor órgano sexual del ser humano es la imaginación... cada momento que permanecíamos juntos era una eternidad para mi pequeña cabecita que trabajaba a velocidades insospechadas...

Recuerdo cómo en la estación de servicio paramos para repostar... y ya no podía más... decidí sorprenderle... llevaba una camiseta larga que me llegaba justo por debajo del culo... el decía que la odiaba por que tapa lo más bonito de mi... y unos pantalones vaqueros ajustados al tobillo...
me quité disimuladamente los pantalones... y el tanguita... y esperé pacientemente a que volviera al coche... y lo cierto es que ni se inmutó... no se dió cuenta... esperé a que estuvieramos ya en la autopista en una de esas largas e interminables rectas... y le cogí de la mano para posarla suavemente sobre el poco vello púbico que quedaba en mi depilado pubis... empezó a temblar... dulcemente dirigí sus dedos con movimientos circulares sobre mi clítoris indicandole cómo quería que me tocase... y empecé a disfrutar de sus apasinadas caricias que aceleraba al mismo ritmo que mi respiración...

unos kilómetros más adelante había un maravilloso mirador casi abandonado... paró el coche y me sacó en brazos de mi asiento para posarme sobre el capó aún caliente del coche... separó con cuidado mis piernas para comprobar hasta dónde llegaba mi deseo y empezó a deborar cada gota de él... mientras yo cada vez me retorcía de mayor placer...

le aparté justo antes de correrme... y le empujé contra la puerta del copiloto para desabrocharle ansiosa el pantalón y deborarle con el deseo acumulado de dos días eternos... ya estaba a punto de explotar cuando la liberé... me recostó de cara sobre el capó para embestirme desde atrás ... poco a poco fue acelerando... me acariciaba los muslos, la cintura, la espalda, los pechos... cuando no podía aguantar más me dió media vuelta y me pidió que me arrodillara... para correrse en mi cara y en mi boca... resplandecía su cara de placer, nunca vi sus ojos brillar tanto... se arrodilló a mi lado y me acarició mientras me retiraba los restos de su deseo con la camiseta y me dijo... "guardalá... pensándolo mejor.. nunca te ví tan sexy con ella puesta..."...

aún la guardo con la esperanza de volver pronto a escaparme un fin de semana con él..